Kirikú y la bruja (1998) y Kirikú y las bestias salvajes (2005) son dos películas francesas de animación maravillosas, en todo el sentido del término. Ambas dirigidas por Michel Ocelot, y protagonizadas por Kirikú, un niño tan pequeño como valiente.
Kirikú pone el mundo patas para arriba: ni los viejos son siempre sabios, ni los niños, débiles e inocentes. Kirikú “desnuda” una potencia infantil que muchas veces se opaca en los discursos que supuestamente la resguardan. Y desde esa fuerza de la niñez se hace preguntas inmensas, que los grandes solemos dar por cerradas: ¿por qué la bruja es mala? Kirikú se interna en esa pregunta hasta encontrar una respuesta, pasando por túneles oscuros, enfrentando a animales salvajes, arriesgando la vida. La curiosidad lo arrastra, pequeño y desnudo, por aventuras increíbles.
Los niños que ven Kirikú se identifican inmediatamente con él, pero ¿con qué se identifican? Si tienen ocasión de ver estas películas con un niño, quizá puedan descubrirlo.
Michel Ocelot es director, guionista, animador. Nació en Francia en 1943, pero de niño viajó con su familia a Guinea y vivió allí hasta la adolescencia, por eso sus películas están nutridas de los colores y la música, las historias y costumbres, del mundo africano. Actualmente Ocelot vive en Francia y desde su estudio dibuja historias maravillosas sacudiendo nuestras significaciones adormecidas.
Les recomendamos también otra de sus películas: Azur & Asmar (2006) y el cortometraje Les trois Inventeurs (1980), que podrán ver en haciendo click aquí
Y un bonus track para los que les guste la música de Björk, la cantante islandesa, un video dirigido por Michel Ocelot, haciendo click aquí
Si no pueden conseguir las películas de Kirikú en videoclubs, no duden en escribirnos
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