Evaluaciones descontroladas, escrituras sensibles (ideas)

Pensar la infancia nos llevó a pensar la escuela. Y pensar la escuela supone, para nosotros, reinventarla. Inventarla. Trasnformar eso que nos cansa, nos hace sufrir (a los chicos y a nosotros), lo que nos aburre, lo rígido que nos deja afuera, la repetición que atenta contra la creatividad y la sensibilidad de todos los que la habitamos.

En el pequeño aporte que hacemos para ir transformando la escuela, compartimos con ustedes un gran relato de una amiga, Teresa Punta, Directora de la Escuela N°4 de Rawson, donde muestra cómo aquellas cosas que parecen imposibles de cambiar en la escuela, pueden ser de otro modo. El texto conserva el tono cariñoso e informal con que Tere lo escribió, ya que es un mail que nos mandó a los que hacemos Entre la infancia, y publicamos con su consentimiento. Acá va:

Hoy tuve ganas de que estuvieran en la escuela conmigo! Fue un día genial!!! Hacíamos la evaluación de lengua, entonces los chicos tenían que poner en juego todos los recursos de que disponían para escribir... punto... lo más bello que pudieran... bello como categoría ética, no estética. Salieron unas cosas increíbles.
Katherina (down... no sé si hace falta aclararlo, pero lo aclaré) escribió: “la Kathe, la escuela, la mama, la Pochi, te quiero Emanuel”.
Los chicos de 6º que habían estado trabajando las Odas, leyendo a Neruda, escribieron odas: Oda a la zapatilla, Oda al cigarrillo, Oda a las tortas fritas de Doña Ana, Oda a la comida, Oda a la canilla que pierde... Los chicos de 5º trabajaron metáforas. Los de 3º le escribían a la mamá.
Les cuento en detalle. Nosotras estamos hablando con los chicos de mirar lo que sí aprendieron, lo que sí saben... no quedarnos en "queremos que sepan 100 y sólo vemos los 20 que no saben". Se los proponemos como una mirada de la vida, no? no estar quejándonos.
Obvio no lo hacemos extensivo a toooooooooooodo lo que a ellos les pasa en la vida, porque tenemos pibitos que no comen... y no podemos decirles "bueno, pero tenés mochila...". Pero creemos que en la escuela sí podemos pensarlo así y ver a qué órdenes de la vida podemos extender esta mirada que contemple lo que hay y no lo que falta.
Entonces, como en la 4 no repiten de grado, los días de esas evaluaciones en las que uno hace como una "integración" para decidir si pasan o no, nosotros la hacemos con lo que saben, como para "justificar" porqué sí pasan, entonces tiene que ser con lo que saben. Y la hacemos todos juntos. Primero lengua, después matemática (que son las únicas promocionales para 1º ciclo) y después un día para cada una de las otras áreas.
En lengua este año la consigna era escribir lo más hermoso que pudieran, usando recursos poéticos, cuidando la caligrafía y la ortografía, lo que más pudiéramos... pero escribir.
Hicimos como tendales con broches y papelitos de colores para que escriban y cuelguen ahí, pusimos papeles afiche para los que querían escribir ahí, hojas de todos tamaños y rincones de todo tipo. Nosotras nos pusimos en lugares y les contamos cuentos, vino Gaby y estaba en un rincón con la guitarra y les cantó, la bibliotecaria recortaba cosas para que ellos adornen sus textos. Bueno, era un quilombo importante. Los pibes daban vueltas y veían qué escribir. Había carteles que invitaban a la poesía, a la escritura colectiva o a escribir sólo palabras...
Después cada uno compartía lo que escribió y decía "qué competencias" estaban ahí puestas en juego, qué que no "sabía" antes ahora sabía y por eso había podido escribir eso... Y así nos dábamos todos por aprobados.
Como los chicos de 5º hace un tiempo insistían que si las maestras los evaluaban a ellos, ellos tenían que evaluar a las maestras, nosotras también escribimos y también hablamos de nuestras escrituras. Y también "pasamos".
Lo de Kathe fue lindo... este es el 1º año que ella viene a la 4, repitió 1º en otra escuela. Ella decía "yo antes no sabía las letras y ahora las sé" y se reía. Entonces yo le dije "y también sabés reirte..." porque lo decía riendo, y ella me dice "reirme yo ya sabía", y Mary, la bibliotecaria, le preguntó "¿sabías reírte mientras hablabas de las letras?", y ella dijo "nooooooooooooooo!!!!!" y se paró y la abrazó a Mary y se quedó ahí toda la sentada. Los demás, primero se quedaron callados -Kathe es especial para todos- y a los pocos segundos, aplaudieron.
Nos emocionamos. Nosotros con el aplauso nos decimos cosas... Para no estar todo el tiempo diciéndonos que algo nos da alegría o que queremos alentar a alguien, aplaudimos; uno empieza y todos aplaudimos. Y ahí los chicos empezaron a aplaudir, y aplaudimos.
La verdad son días de mucho quilombo y terminamos de cama. Vamos todos, los que ya nos fuimos, algunos papás que colaboran, porque igual hay pibes que hacen bardo y maestras que no se copan… Como siempre cuento lo lindo, pareciera que las otras cosas no pasan, y también nos preguntamos sobre eso... Pero la verdad se pone bueno y nos resulta un modo de vivir la escuela, de vivir, bah, mucho más vivificante -valga la redundancia-, y si en la escuela dejan de pasar cosas mortificantes y pasan cosas vivificantes, vamos bien, no?
Besos a los 4, Tere

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